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Sindrome Postrombótico

En los primeros estudios, se decía que el síndrome postrombótico se producía en aproximadamente el 50% de los pacientes con trombosis venosa sintomática. Recientemente y como consecuencia

de conocer mejor la fisiopatología de la enfermedad, se sabe que no es en si la única causa del mismo, pudiendo serlo por otras.

  El síndrome postrombótico se debe a la hipertensión venosa que se produce como consecuencia de la lesión de las válvulas, que se tornan incompetentes, por ejemplo luego de una trombosis venosa

profunda. La recanalización y la destrucción de las válvulas produce una disfunción del mecanismo de bombeo muscular que aumenta la presión en las venas profundas de la pantorrilla. Esta presión elevada

ocasiona una incompetencia progresiva de las válvulas de las venas perforantes de la pierna y, cuando esto ocurre, el flujo de sangre es directamente dirigido hacia sistema venoso superficial durante la

contracción muscular, ocasionando edema, lesiones en los tejidos subcutáneos y, en su forma más grave, ulceración de origen venoso. Desde ya lo que primero se afecta es la Microcirculación.

  La incompetencia valvular es la causa más importantes del síndrome postrombótico. En pacientes con trombosis extensas de las venas iliofemorales, la inflamación nunca desaparecerá mientras que

en los pacientes con una trombosis menos severa en las venas proximales, la inflamación puede desaparecer después de episodio inicial pero retornar al cabo de unos pocos años.

  Algunas de las manifestaciones del síndrome postrombótico son el dolor de las piernas, la pigmentación e induración alrededor de la pierna en el tercio inferior de la misma, y en etapas avanzadas,

ulceraciones e infecciones a repetición, con un dolor lancinante que ocurre durante la ejercicio. Sin embargo la incompetencia de las venas perforantes puede seguir a una trombosis de las venas de la

pantorrilla y conducir a cambios en el retorno venoso.

  En un estudio de seguimiento de las trombosis de la pierna en Suecia, la frecuencia del síndrome postrombotico fue de 13 en 79 pacientes (16%), en los dos años de seguimiento (54). Recientes estudios

han aportado evidencia de que la trombosis venosa recurrente es un importante factor de riesgo para el desarrollo del síndrome postrombotico. También se ha demostrado que el riesgo de desarrollar este

síndrome disminuye con la utilización de medias de elastocompresión gradual.

En un estudio de seguimiento de las trombosis de la pierna en Suecia, la frecuencia del síndrome postrombotico fue de 13 en 79 pacientes (16%), en los dos años de seguimiento (54). Recientes estudios

han aportado evidencia de que la trombosis venosa recurrente es un importante factor de riesgo para el desarrollo del síndrome postrombotico. También se ha demostrado que el riesgo de desarrollar este

síndrome disminuye con la utilización de medias de elastocompresión gradual.

  El diagnóstico de síndrome postrombótico es a veces difícil para el médico no entrenado, ya que los pacientes pueden mostrar síntomas subagudos de dolor e inflamación de la pierna que pueden ser

similares a los de una infección de la piel, y confundir. Aunque estos síntomas usualmente aparecen sobre un fondo de dolor crónico y edema, puede ser difícil excluir una recurrencia aguda, y el diagnóstico

de síndrome postrombótico como una causa de los síntomas de los pacientes sólo puede hacerse pasado un cierto período de inicio de la enfermedad, cuando es consultado el especialista.

  El diagnóstico del síndrome postrombótico puede confirmar la incompetencia venosa profunda utilizando la flujometría venosa, o técnicas más modernas como el Ecodoppler venoso, cuando se sospecha

participación de una trombosis venosa profunda.  

El diagnóstico de síndrome postrombótico es a veces difícil para el médico no entrenado, ya que los pacientes pueden mostrar síntomas subagudos de dolor e inflamación de la pierna que pueden ser

similares a los de una infección de la piel, y confundir. Aunque estos síntomas usualmente aparecen sobre un fondo de dolor crónico y edema, puede ser difícil excluir una recurrencia aguda, y el diagnóstico de síndrome postrombótico

como una causa de los síntomas de los pacientes sólo puede hacerse pasado un cierto período de inicio de la enfermedad, cuando es consultado el especialista.

  El diagnóstico del síndrome postrombótico puede confirmar la incompetencia venosa profunda utilizando la flujometría venosa, o técnicas más modernas como el Ecodoppler venoso, cuando se sospecha

participación de una trombosis venosa profunda.  

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